jueves, 6 de enero de 2011

Mi amiga, la tarjeta de crédito.

Sus orígenes nos remontan a más de un siglo atrás con nuestro amigo el cheque, pero es en 1915 donde se empiezan a emitir lo más parecido a lo que es hoy. Gran conocida como conquistadora de mujeres la tarjeta de crédito nos brinda placer, alegrías, emociones, tardes de compras, shoping disponibles, un LCD, un viaje, un TODO. Con todo, todito, todazo disponible nos llevamos el mundo por delante. Somos felices! Quien podría decir que la felicidad estaba disponible para todos y era tan barata? Claro, el hechizo dura lo que tarda en llegar el primer resumen. Es entonces donde la sonrisa se transforma en lágrima y uno empieza a conocer lo que es comer polenta, fideos y arroz todos los días.

Que tendrá esa petiza??? Digo esa tarjeta… elevado poder de seducción, alto expertis mental y bonita sonrisa. La magia mental sucede a primera vista y aunque el hechizo termine siempre logra volver a engañarnos. Hasta que al final terminamos desistiendo a duras penas pero sin cada tanto recordar tiempos mejores. Me hace acordar a Menem, difícil olvidarlo claro.

Sras y Sres lectores, pague en efectivo o use la Tarjeta. Queda usted avisado.

3 comentarios:

  1. Yo fui amiga de esa tmb!
    A veces tengo ganas de amigarme, pero es demasiado mentirosa. Prefiero que siga en el cajón!

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  2. Tenes tus deslices jajajajjaj loca!

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